Sunday, April 29, 2007

Manolo Garcia......Su regreso, con sabor mexicano

Manolo García, ex de El Último de la Fila, recibe una fervorosa respuesta en el Lunario
Su regreso, con sabor mexicanoSu regreso, con sabor mexicano
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Alberto Castillo Torres
El Universal
Miércoles 25 de abril de 2007
Hay fervores que no se consumen en una noche y el que Manolo García provocó es de los que tienen sello de indelebles.


Es sabido que la distancia aumenta la magnitud de los anhelos, que cuando una ausencia prolongada termina, esos afanes se desbocan.
Precisamente porque hace 15 años que el artista español no venía al país -y porque con esta escala en el DF inicia su primera gira latinoamericana como solista-, las dos horas que duró su reencuentro con México resultaron una vehemente declaración de cariño mutuo.
Por usar una línea del propio Manolo, digamos que las más de 500 personas que ocuparon todas las mesas disponibles del Lunario salieron tan alegres "como una mosca ante un pastel de bodas".
No ocurrió eso sólo porque finalmente escucharon su obra solista en vivo, sino porque - contrariamente a lo que hace en España- García revisitó siete canciones de Él Último de la Fila, el dúo lo unió a Quimi Portet durante 14 años y con el que visitó tierra azteca en la década de los 90.
Pero fue el remate el que demostró que también para el visitante fue una noche muy preciada: a las 23:00 horas y cuando ya había invertido 120 minutos en el escenario, Manolo anunció que habría una sorpresa.
Ranchero y revolucionario
Con la gente en plan tan entusiasta como si se tratara de "halcones llamados a las filas de la insurrección" -como reza el tema que abrió y cerró la noche-, de pronto el mariachi Sonidos de América se unió a la banda del autor y Manolo se puso un sombrero norteño.
Mientras en la calle se evaporaba la lluvia nocturna, el ibérico se dio el gusto de cerrar "con todo respeto" cantando rancheras y corridos en México, aunque la costumbre le viene desde los tiempos de El Último...
Así, mostró sus dotes para el falsete y para adaptarse a la música vernácula local, no sólo en el lamento amoroso de "Luz de luna", de Álvaro Carrillo, sino en esa orgullosa negación a perder un amor que es "Cuando yo quiera has de volver", de Juan Gabriel, y que conoció en voz de Rocío Dúrcal.
Claro que no podía faltarle "Juan sin tierra", ese corrido zapatista que dejó registrado en su disco en vivo Singles, sirocos y directos.
Pero antes de llegar a tal punto de ebullición, Manolo ya había repasado su carrera en solitario, con facetas álgidas en "Pájaros de barro" y "Somos levedad", y en esa noche inolvidable también se ganó ovaciones con "Aviones plateados" y "Sara", par de perlas de sus tiempos con Portet.

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